Trabajando por la creatividad en España

Working for creativity in Spain

Manuela Romo

Universidad Autónoma de Madrid

manuela.romo@uam.es

https://orcid.org/0000-0001-9780-6438

Resumen

El artículo constituye la presentación de los trabajos que incluye este número monográfico de la revista Creatividad y Sociedad con motivo de haberse cumplido 20 años de la aparición del número 1 de la revista. Tiene tres partes diferenciadas: en primer lugar, un acercamiento, por parte de la autora, a la noción de creatividad desde la Psicología. En segundo lugar, la revisión histórica del estudio sistemático de la creatividad en España, desde el trabajo pionero del profesor Ricardo Marín que organizó un Congreso Mundial de Creatividad en Madrid en el año 93; a quién por su profunda dedicación al tema, creando escuela, todos consideramos pionero en el estudio de la Creatividad en España; también se mencionan los hitos posteriores que tuvieron lugar desde ese año en la forma de encuentros, congresos, posgrados y programas de doctorado sobre creatividad en la universidad española, destacando el nacimiento de ASOCREA que es quien publica esta revista. Por último, el articulo presenta las contribuciones que vienen a continuación: artículos de personas que han trabajado por la Asociación durante estas largas dos décadas desde su creación en 2000 y que han dedicado gran parte de su trabajo investigador y docente al estudio de la creatividad.

Palabras clave

ASOCREA; Ricardo Marín; revisión histórica; congresos de creatividad.

Abstract

The article constitutes the presentation of the works included in this monographic number of the Creatividad y Sociedad review with reason of the 20th anniversary of the appearance of its number 1. It has three different parts: first, an approach, by the author, to the notion of creativity from Psychology. Secondly, the historical review of the systematic study of creativity in Spain, from the pioneering work of Professor Ricardo Marín who organized a World Congress of Creativity in Madrid in 1993; who for his deep dedication to the subject, creating a school, we all consider a pioneer in the study of creativity in Spain; The subsequent milestones that took place since that year are also mentioned consistent in meetings, congresses, postgraduate courses and doctoral programs on creativity in the Spanish university, highlighting the birth of ASOCREA, which is the publisher of this magazine. Finally, the article presents the following contributions: articles by people who have worked for the Association during these long two decades since its creation in 2000 and who have dedicated a large part of their research and teaching work to the study of creativity.

Keywords

ASOCREA; Ricardo Marín; historical review; creativity conferences.

1. ¿Qué entendemos por creatividad
desde la psicología?

La presentación de un número especial de la Revista Creatividad y Sociedad debe comenzar necesariamente con un homenaje al pionero del estudio científico de la creatividad en España: Ricardo Marín Ibáñez.

Esta aventura de la que damos cuenta en esta revista comenzó en septiembre de 1993 con el congreso Mundial de Creatividad organizado en la UNED de Madrid por Ricardo Marín y donde nos conocimos algunos de los que hoy escribimos aquí y empezamos a compartir un fuerte impulso de cooperación y compromiso en el trabajo conjunto por el estudio y desarrollo de la creatividad. Un tema en el que estábamos y seguimos estando involucrados los que aquí escribimos: unos, participantes en aquel congreso y otros incorporados después.

Pero antes del análisis histórico que desencadenó el nacimiento de ASOCREA y que explica la importancia de este número monográfico y antes de presentar brevemente las contribuciones que lo integran considero oportuna una reflexión sobre la naturaleza de la creatividad. Ciertamente, en las páginas que siguen sus autores se han “mojado” con la aportación personal de enfoque y definiciones y yo, en esta presentación, quiero aportar una definición sintética del fenómeno de la creatividad humana.

1.1. El estudio científico de la creatividad

El estudio científico de la creatividad comenzó hace más de 70 años, con el impulso que Joy P. Guilford le diera, según acuerdo general de los estudiosos del tema, con su famosa conferencia titulada Creativity al ser nombrado presidente de la APA (Guilford, 1950) y, desde entonces hasta hoy podemos decir que hemos alcanzado una definición comprensiva y sistémica del fenómeno. Estamos hablando de una dimensión exclusiva de la naturaleza humana. Si, hoy por hoy, las máquinas pueden escribir relatos o pintar cuadros, pero no alcanzan el nivel de la big creativity o la creatividad histórica, en términos de Margaret Boden (1994). Tal dimensión tan relevante, para entender a los sapiens y tan trascendente, pues explica toda la evolución cultural de nuestra especie, tenía que ser objeto de estudio científico y no de especulaciones, objeto de la forma de conocimiento más perfecto que existe: la ciencia, como dice Giere (1988) pues nos explica la estructura causal del mundo.

Pues bien, su estudio científico se ha realizado desde la antropología, la sociología, la epistemología, la historia de la ciencia y del arte, la pedagogía y especialmente desde la psicología pues es una forma de comportamiento; gracias a este análisis científico hemos llegado a conocer una serie de principios que rigen la conducta creativa, hemos llegado a comprender la complejidad del fenómeno que implica no solo lo psicológico (pensamiento, emociones, motivos o rasgos de personalidad) sino también lo social, en dimensiones muy diversas tanto en su explicación como en su evolución a lo largo del ciclo vital. Pero no podemos pasar por alto el papel de otra disciplina: la pedagogía, tanto para analizar las condiciones en que se favorece el desarrollo de la creatividad desde la escuela infantil hasta la universidad, como aquellas otras condiciones que inhiben su desarrollo para que no se cumpla lo que decía Ken Robinson: “las escuelas matan la creatividad1”.

Como podemos comprobar en los artículos que componen el monográfico, hay sintonía entre los autores sobre este carácter complejo y la necesidad de enfoques sistémicos de la creatividad, aunque aquellos artículos que tratan a fondo de alguna de las dimensiones psicológicas de la creatividad, necesariamente se centran en analizar lo que se ha avanzado hasta ahora en la comprensión de la dimensión emocional (Antonio Rodríguez) o cognitiva (Vicente Alfonso).

Suelo decir que la creatividad es la dimensión más relevante de la naturaleza humana, la que nos ha llevado desde las cavernas hasta Saturno. Si, es la creatividad —no la inteligencia— la responsable de todo el avance de nuestra especie en el conocimiento científico, la tecnología, la música, la literatura y todo aquello que se pueda definir como producción artística. La creatividad no es resolver problemas cuya solución está predeterminada de antemano; es buscarlos, plantearlos y, desde luego, darles soluciones originales mediante unas estrategias que no están predeterminadas y que la persona creativa irá definiendo a través del proceso; como muy bien estudió y comprobó mediante su trabajo empírico Mihaly Csikszentmihalyi —cuya pérdida producida hace un año lamentamos profundamente— y Jacob Getzels a través de su modelo de “problem finding”. Ese proceso culmina en un producto que es la obra creativa sea una explicación del sistema solar, una escultura, un poema, una sinfonía, una receta de cocina, una teoría filosófica, un avance tecnológico en las comunicaciones o un spot publicitario, entre otras infinitas opciones

Pero no basta con estos procesos mentales para ser una persona creativa; ¿es necesario además de esa forma de pensar, una forma de ser, de sentir, de amar lo que haces, … y también un contexto determinado favorable a la creatividad y… por qué no? también la contribución del azar, como planteo en mi libro Psicología de la Creatividad (Romo 2019) al hablar de sus 7 componentes.

1.2. El triángulo de Csikszentmihalyi

El trabajo de Csikszentmihalyi, que tanta importancia ha tenido para este propósito explicativo de la creatividad,2 dejó bien explicita la complejidad del fenómeno y la importancia en su diagnóstico del contexto social. Con su famoso triangulo y su provocadora pregunta: “¿Dónde está la creatividad?”, ya desde los años 80, verifico la importancia del contexto en diagnosticar la creatividad. (Csikszentmihalyi, 1988; 1990).

En su libro de 1996, Csikszentmihalyi plateaba la cuestión: donde está la creatividad. Esa es la pregunta clave para poder entender el fenómeno y, para responderla presentaba su famoso triángulo.

Figura 1. El locus de la creatividad según Csikszentmihalyi

La creatividad está en la interacción entre los 3 vértices de este triangulo: individuo, campo y ámbito.

Necesitamos un individuo creativo, una persona con todas las características que la psicología ha definido como propias de la creatividad —en seguida vuelvo sobre esto— pero no es suficiente con que haya una persona creativa para que haya creatividad. Esa persona realiza un producto creativo en un campo o disciplina, pero para que haya creatividad, ese producto debe pasar a formar parte de esa disciplina, ser valorado e incorporarse como una contribución a la física, a la danza, a la tecnología, a la música o a la gastronomía por ejemplo y pasar a formar parte de la historia de estas disciplinas. Si no es así, NO habrá creatividad, sostiene nuestro autor.

¿Pero… quién decide esto? El ámbito. Así se cierra el triángulo. ¿Y quién es el ámbito, según Csikszentmihalyi? Como él dice: los guardianes del campo; los expertos reconocidos en cada disciplina: el jurado de los premios nobel —en su nivel más elevado—, quienes deciden que esa novela merece el premio Planeta o esa coreografía debe ser representada o esa película debe obtener un Goya, por ejemplo.

Efectivamente, esto justifica con argumentos objetivos, la big creativity o creatividad histórica. Las personas que han realizado esos productos son indiscutiblemente creativas.

Pero ¿qué hay de la little creativity, de la creatividad personal, según Boden? Si nos atenemos solo al reconocimiento de la disciplina, sea a los niveles extremos tipo Nobel u Oscar o Premio Planeta, dejaremos fuera muchas producciones que merecen ser consideradas creativas porque han aportado novedad y valor a un campo —aunque no hayan tenido gran trascendencia— y a los individuos que las han realizado y a mucho otros que son potencialmente creativos, aunque todavía no han tenido ocasión de ser reconocidos o —ni siquiera lo han intentado—.

Estamos de acuerdo con esta visión holística y sistémica de la creatividad, que garantiza rigor y objetividad y, desde luego, valor científico, pero, sin negarla entendemos que una explicación psicológica requiere centrarse en el primer ángulo del triángulo: el individuo.

La definición que yo propongo —y no soy la única— es de carácter operativo. Como decían los positivistas, las definiciones científicas deben ser operativas, deben referirse a hechos objetivos, observables. Así pues, “creatividad es una forma de pensar cuyo resultado son cosas que tienen a la vez novedad y valor” (Romo 2019); en efecto siempre hay creatividad cuando hay un producto que es nuevo, original y valioso en el contexto donde surge y, ya sabemos, que ese valor será diagnosticado por los expertos de la disciplina: el ámbito. Debo mencionar aquí a Ricardo Marín que hablaba de “innovación valiosa”. Pero, a partir del producto, —que queda así indiscutiblemente definido—, desde un punto de vista psicológico, hay que profundizar en el conocimiento de las personas que hacen tales cosas. ¿Cómo son? Y al responder a esto debemos incluir una forma de sentir y una forma de ser. Hablamos de motivación intrínseca, del interés mantenido hacia un área de conocimiento y del afecto positivo asociado al trabajo en los proyectos innovadores en el campo y también de motivación de logro, el impulso a alcanzar las cotas más elevadas en la contribución propia a ese campo.

En cuanto a la personalidad, hablo como síntesis (Romo, 2019; pag.281) de los rasgos personales de apertura, tesón y autoeficacia. Estos componentes de la personalidad son los más determinantes. Puesto que creatividad no es tener una idea afortunada una vez en la vida sino que es una condición estable en la persona, es necesario que concurran estas características en la forma de ser de esas personas y esas motivaciones, ese amor a tu trabajo a tu disciplina ese “amor al arte” en una palabra para que se convierta en una dedicación de por vida y se acompañe de una gran producción.

Conformamos con ello un “triángulo de la creatividad” —sin pretender emular a Csikszentmihalyi—; en este triangulo se integran los 3 elementos fundamentales que están siempre en la realización de los productos que los grandes creadores han entregado a la humanidad. Con 3 palabras he definido los vértices de este triángulo:

Figura 2. Tres palabras para definir la creatividad

1.2.1. Por qué o Encontrar Problemas

“Yo no tengo dotes especiales, solo soy apasionadamente curioso”, dijo Einstein. Las personas creativas tienen el hábito de hacerse preguntas, de plantearse cuestiones, de encontrar problemas en sus áreas de conocimiento. La pregunta es la conducta más creativa, de acuerdo con Alex Osborn, creador de la técnica del brainstorming. Hemos mencionado el modelo de Problem Finding y la trascendencia que ha tenido. Por nuestra parte, nos hemos basado en este modelo a la hora de proponer una tarea que evalúe la creatividad de los niños en nuestro Test de Creatividad Infantil (Romo, Alfonso y Sánchez Ruiz, 2008).

1.2.2. Como o pensamiento analógico

El recurso a la analogía o metáfora es un fértil recurso mental que nos ayuda a explicar lo desconocido en términos de lo ya conocido: “esto es como esto otro”.

La metáfora constituye un talento natural y exclusivo de nuestra especie. Además, es la estrategia más genuina del pensamiento creador: en las artes es su propia esencia, pero en las ciencias está siempre presente bien en el proceso de formulación como cuando Kekulé sueña con una serpiente que se muerde la cola y conecta esa imagen con la hipótesis de una estructura en anillo para la molécula del benceno. Otras veces tienen un valor explicativo como la metáfora del árbol ramificado de la naturaleza de Darwin y, en ocasiones, define la propia teoría en términos de una metáfora constitutiva: el gen egoísta de Dawkins.

Es un heurístico eficaz en el tratamiento de problemas mal definidos, los que previamente hemos encontrado y tratamos de formular y resolver en el proceso de la creación. Y, esas conexiones mentales entre realidades distintas, esas asociaciones remotas —como definió Mednick (1962) en los orígenes de la investigación en creatividad— tienen un papel relevante en todo el proceso y, desde luego, en el resultado.

1.2.3. Quiero o motivación intrínseca

Como ha enfatizado Theresa Amabile, gran investigadora del tema, en sus trabajos: “La gente será más creativa cuando se sienta motivada por el interés, el gusto, el desafío de la propia tarea y no por razones externas”; y lo define como el Principio de la Motivación Intrínseca para la Creatividad (Amabile, 1988). Este principio universal se cumple sistemáticamente: si amas lo que haces conocerás a fondo tu disciplina, serás capaz de detectar problemas o limitaciones, de trabajar para formularlos y darles solución, de buscar enfoques originales y eficaces en el acercamiento a la solución valiéndote de analogías, de perseverar ante los obstáculos que se planteen en el curso de tu tarea, de dedicarle tu tiempo sin limitaciones… Todo gracias a esa querencia, a esa motivación intrínseca.

Hecha esta breve digresión —que me ha parecido importante para centrar el tema y reconocer la relevancia de los que estamos tratando— vuelvo a Ricardo Marín, nuestro “patrón”, si se me permite la metáfora, pionero en España de todo este fenómeno científico, académico y social que aquí estamos celebrando.

2. Los precedentes de ASOCREA

2.1. Ricardo Marín y el Congreso Mundial Creatividad 93

Aquel congreso celebrado en septiembre de 1993 en la UNED (Madrid) fue un gran éxito y, como digo, el origen de lo que estamos aquí tratando. Allí tuvimos la oportunidad de conocernos e intercambiar biografías conocimientos y experiencias algunos de los que hemos impulsado el estudio y la enseñanza de la creatividad en nuestras universidades como Saturnino de la Torre, David de Prado y yo misma.

En los artículos de Francisco Menchen y de Saturnino de la Torre se da cumplida cuenta de la relevancia que tuvo Don Ricardo en los comienzos de este proceso de implantación del estudio y aplicación de la creatividad en nuestro país. Además, ellos forman parte en el área de la Educación, de la primera generación que se formó con él.

Aunque ya había organizado por los años 70 congresos internacionales donde trajo a Valencia personajes renombrados como Torrance (tal como nos dice Menchen en su artículo), sin embargo, este congreso del año 93 nombrado “mundial” tuvo una trascendencia determinante. Nada menos que 600 congresistas de 25 países. En su organización contó con Marga Iñiguez (también mencionada en los artículos de Menchen y Torre) quien ha tenido entre nosotros la mayor proyección aplicada, como consultora en creatividad muy reconocida aquí y en Latinoamérica.

Este congreso fue la semilla que fructificó en todo lo que vino en las siguientes 3 décadas hasta hoy.

2.2. El MICAT: Máster Internacional en Creatividad aplicada Total

En el año 1994 se inauguró en La Universidad de Santiago de Compostela un título de Máster concebido y dirigido por el profesor David de Prado, que se estuvo impartiendo ininterrumpidamente varios años durante los veranos, ya que, dado su carácter internacional contaba con la presencia de muchos alumnos y también profesores de Latinoamérica y su formato era intensivo.

En este Máster tuvimos contactos con muchos colegas de Latinoamérica tanto profesores como consultores en creatividad. Aquellos intercambios también dieron sus frutos impulsando eventos internacionales donde acudimos; destaco aquí el Séptimo Congreso Nacional de la Creatividad, organizado por la Asociación Mexicana de la Creatividad en Toluca (México) en mayo de 2000. Estos congresos permitieron ir consolidando el propósito de una asociación española de creatividad como ya tenían algunos países; hay que destacar la Asociación Mexicana de Creatividad AMECREA, la más grande con más de 1000 afiliados.

2.3. PREDIUC. Primer Encuentro Estatal de Docentes e Investigadores Universitarios
en Creatividad

El crecimiento de este proceso era imparable; cada vez nos relacionábamos más entre nosotros. Algunos empezamos a impartir materia relacionadas con creatividad en nuestras universidades como optativas en las licenciaturas y en los doctorados. También surgieron proyectos de investigación conjuntos y todos estábamos pensando en que debíamos montar una reunión de carácter estatal.

Y, como era de esperar, nos pidieron organizar en Madrid —por su equidistancia a los puntos de origen de los colegas— esa primera reunión estatal. Desde la UAM, Estefanía Sanz (de la Facultad de Formación del Profesorado y yo (de la Facultad de Psicología) organizamos el PREDIUC (Romo y Sanz, 2001). Nuestra universidad nos facilitó la residencia de la Cristalera (Miraflores de la Sierra) en plena sierra madrileña. La reunión se celebró los días 10 y 11 de marzo de 2000. Así, en un ambiente bucólico y favorable a la comunicación durante 2 días cumplimos los objetivos de intercambio de ideas y proyectos en orden a consolidar la estructura incipiente de una asociación de expertos y estudiosos de la creatividad. De los convocados inicialmente: los colegas que nos conocíamos de los eventos previos que he mencionado incluyendo a nuestro compañero portugués Fernando Sousa —que también tiene su contribución en el este monográfico— y los estudiantes de tercer ciclo que se estaban formando con nosotros, se formó una bola de nieve de interesados, de forma que participamos más de 50 personas.

En términos operativos, de allí salieron 2 grandes proyectos cuya trascendencia para la investigación, formación y aplicación de la creatividad llega hasta el presente, más de 20 años después: el programa de doctorado en Creatividad aplicada y la Asociación para la Creatividad.

2.4. El programa de doctorado en Creatividad Aplicada

Sin tiempo que perder, nos pusimos manos a la obra para “alumbrar” los embriones que habían nacido en La Cristalera.

Así nació el primer Programa de Doctorado en Creatividad Aplicada de la Universidad española que arrancaría ese mismo año: el curso 2000-01. Programa interuniversitario donde inicialmente participaban las universidades de Málaga, Complutense y Autónoma de Madrid. Programa que tuvo gran acogida desde el principio, donde se han formado muchos doctores en Creatividad, algunos de los cuales son ahora profesores en el título de Experto de Creatividad en la UAM e incluso alguna es miembro de la directiva de ASOCREA.

El doctorado fue reconocido con Mención de Calidad por parte del Ministerio de Universidades español y se mantuvo hasta la llegada del Plan de Bolonia a la universidad española que reconfiguró completamente el tercer ciclo y acabó con tantos programas de contenidos monográficos como el nuestro. En el contexto actual y en el propósito de consolidar la formación de posgrado en creatividad, en nuestra universidad ofertamos, desde el año 2014 un programa de Titulo Experto en Creatividad Aplicada

3. ASOCREA y su revista

Nuestra Asociación se gesta asimismo en el PREDIUC. Aquel mismo año se registró legalmente y se creó su primera junta directiva en su primera asamblea en septiembre de 2000 donde fuimos elegidos como presidente y secretaria: Manuel Sánchez Méndez —catedrático en Bellas Artes de Madrid— y Manuela Romo. Sucedería como presidente a Manuel Sánchez Méndez —fallecido en 2014— Saturnino de la Torre.

2 años después apareció el primer número de la revista Creatividad y Sociedad y, es con motivo de su 20 aniversario que estamos escribiendo el monográfico que aquí presento, donde todas las contribuciones pertenecen a personas que estuvimos en el origen de la Asociación y hemos contribuido activamente en ella durante estos años.

3.1. El Monográfico de los 20 años cumplidos: Presentación

Saturnino de la Torre y Francisco Menchén centran sus aportaciones en el análisis histórico del estudio de la Creatividad en España y en el origen y evolución de ASOCREA.

El profesor De la Torre, segundo presidente de ASOCREA, analiza el contexto sociocultural y psicopedagógico que explicaría la aparición de la Asociación para la Creatividad (ASOCREA) y la Revista Creatividad y Sociedad.

Francisco Menchén recoge las referencias a la creatividad en las diferentes leyes educativas desde 1970 y, con un excelente estilo literario, utiliza la metáfora de las olas de la creatividad muy apropiada en la era del coronavirus.

Ambos hacen un Homenaje a Ricardo Marín, impulsor y pionero de la creatividad en España y Latinoamérica. Ambos pedagogos pertenecen a esa primera generación que se formó con el maestro y que formaron a generaciones posteriores a las que pertenecemos los demás autores de este monográfico.

Ricardo Marín definió la creatividad ya en 1972 como un principio de educación contemporánea y, como afirma Saturnino de la Torre en su artículo, “En el ámbito educativo no siempre era bien recibido entre los compañeros quien se dedicaba a formar en creatividad. Era un docente un tanto extraño, ajeno al rigor científico positivista dominante en esos momentos.” Efectivamente ese enfoque positivista dominaba en los años 70 y 80 y yo añadiría también en los 90 y quienes investigábamos durante esos años en creatividad incluso desde una perspectiva sistemática y científica sufrimos esta incomprensión, que afortunadamente en la actualidad ya es historia.

Los artículos de Julio Romero, Vicente Alfonso y Antonio Rodríguez presentan perspectivas sistémicas, más allá del individuo, muy bien documentadas, respetando los estándares científicos en su elaboración, referencias actuales.

Julio Romero desde la mirada artística propia de un profesor de Bellas Artes, nos presenta un análisis crítico sobre las imágenes muy original y novedoso. Un estudio pionero. Plantea que las imágenes con las que se suele asociar la creatividad en la cultura visual actual no se corresponden con la evolución que ha tenido el concepto haciendo una revisión crítica desde una posición sistémica, social y cultural, con la intención de detectar estereotipos y mensajes que no ayudan a la comprensión de la creatividad desde concepciones más inclusivas.

Vicente Alfonso, de la universidad de Valencia, se centra en el modelo de “problema finding” que, como ya he indicado previamente, nos sirvió para elaborar nuestro test TCI, para evaluar la creatividad infantil. El objetivo de su trabajo es reivindicar su relevancia del modelo y aportar síntesis respecto a las investigaciones más recientes en torno al PF, revisando la relación con otras variables relevantes como género, edad, personalidad o la propia creatividad y reivindicando la necesidad de atender al desarrollo de esta habilidad en el ámbito educativo.

Antonio Rodríguez, de la universidad de la Laguna y presidente de ASOCREA desde 2005 a 2011, habla en su artículo de la creatividad vital, ese potencial que dispone a todo ser humano para ser y sentirse creativo en su vida cotidiana y presenta su modelo de emocionalidad competente. Un enfoque novedoso e integrador en la línea de todo lo que se está suscribiendo en este número de la revista Creatividad y Sociedad.

Francisco García, responsable de la revista durante muchos años y penúltimo presidente de ASOCREA, nos presenta un interesante estudio sobre la naturaleza social de la creatividad con un enfoque antropológico y cultural que nos lleva desde nuestro “abuelo” el Antecesor hasta el Sapiens para, a partir de la aparición de nuestra especie presentar el desarrollo de la creatividad humana en términos de la evolución de la cultura.

Por su parte, nuestro colega portugués, Fernando Sousa, director de la Asociación Portuguesa de Creatividad, APGICO, narra en su artículo como fue el nacimiento de la misma, inspirada por ASOCREA y como ha sido su crecimiento. Describe la orientación hacia la innovación en las organizaciones en la Asociación Portuguesa y desarrolla la adaptación que han hecho del método Creative Problem Solving.

Confiamos que la lectura de estos textos anime a profundizar, estudiar y hacer aportaciones al conocimiento de esta dimensión de la naturaleza humana: crear; ¡que nos otorga un halo de divinidad!

Bibliografía

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Romo, M. (2022). Reseña necrológica Profesor Csikszentmihalyi. Revista Iberomericana de Criatividade e Inovação. 03, e032206, 2022. Iberoamerican Journal of Creativity and Innovation. ISSN 2675-2093.

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Romo, M. y Sanz, E. (2001). Creatividad y curriculum universitario. Publicaciones de la UAM.


1 Recomiendo la lectura del número monográfico de Cuadernos de Pedagogía (nº 532) publicado este año con el título Pensamiento creativo en el aula donde colaboramos unos cuantos expertos.

2 Ver al respecto mi reseña necrológica (Romo 2022) como una síntesis del legado de Mihaly en la comprensión de la creatividad humana.

Recibido: 06 de julio de 2022

Aceptado: 29 de septiembre de 2022

Para citar este artículo: Romo, M. (2022). Trabajando por la creatividad en España. Revista Creatividad y Sociedad, (37), 11-21.

Recuperado de: http://creatividadysociedad.com/wp-content/uploads/2022/12/cys-37-1.pdf