La creatividad y el carácter social del ser humano

Creativity and the social nature of human beings

Francisco García García

Universidad Complutense de Madrid
fgarciag@ccinf.ucm.es

https://orcid.org/0000-0001-5394-4804

Resumen

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Palabras clave

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Abstract

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Keywords

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1. Introducción

La creatividad se ha entendido a través de la historia desde muy diversas perspectivas. Con la aparición del hombre sobre la tierra aparecieron diversas ontologías, formas, modelos, perspectivas y técnicas del modo de ser hombre, de actuar, de conducirse, de producir y relacionarse del hombre con el mundo, con los otros seres vivos y con los de su misma especie. Es un continuo cambio sobre lo que ya se es, el progreso se asocia al cambio y el cambio a la diferencia, diversidad y mayor grado de elaboración y por supuesto de la generación de sorpresa mediante la innovación y la creatividad, pero inmerso en su carácter social, bajo las distintas denominaciones del hombre desde el homo antecesor, el homo erectus, el hábilis, el cromañón, el neandelentalhensis, pasando por el homo heidelbergensis, sapiens y sapiens sapiens, el homo longi, hombre dragón, asociación china del Homo Sapiens (Quiang Ji) y las otras denominaciones, como el faber (Antoni M. Güell), el hábilis, el oeconomicus (Stuart Mill), el philosoficus, el simbólicus (Ernst Cassirer), el homo ludens (Johan Huizinga), el religiosus (Timothy Samuel Shah) , icónicus (Francisco Garcia García), thechnoligicus (Kevin Warwick, Yves Gingras, Martín Párraga y Garrido Anguita).

Todas las revoluciones de la historia humana se dan a través de cambios radicales como las revoluciones, así la cognitiva, la agrícola, la científica, la de los descubrimientos, las cinco revoluciones industriales, las revoluciones estéticas, las sociales (La Comuna de París, Mayo del 68…), las políticas (la Guerra de la Independencia de los Estados Unidos, la Revolución Francesa, la de Octubre, la China, la Cubana, entre otras) Toda la maquinaria del cambio conlleva además mucha invención e innovación, poner en juego los factores de la creatividad propuestos por los diversos investigadores, pero sobre todo por Guilford: Fluidez, Flexibilidad, Originalidad, Elaboración y Coherencia Interna. Ninguno de ellos tiene sentido ejercerlos para la individualidad, sino para la colectividad, tampoco podrían llegar a ser operativos fuera del grupo al que se pertenecen o a la sociedad en general. Estos cambios no solo se producen de una forma radical, abrupta, sino de una forma evolutiva como indica la teoría de la evolución humana. En dicha evolución está comprometida tanto la genética como la cultura. Y sobre todo por encima del individuo, la especie. La memoria es el tránsito nutritivo por el que se va pasando de una posición biológica y cultural a otra. Y es una memoria no individual sino de la especie, colectiva en lo cultural. La memoria consolida todos los cambios por mínimos que sean en el proceso de llegar a ser nuevo tanto en lo biológico como en lo cultural.

2. Diseño de la investigación

2.1. Objetivo

Mostrar el carácter social de la creatividad en todos los ámbitos de la realidad humana.

2.2. Hipótesis

La creatividad humana está transida del carácter social en todas sus manifestaciones, ya sea en los agentes (autores/productores; mediadores/redes sociales, y lectores/receptores), productos (discursos, producciones, servicios), interrelaciones (relaciones y actividades cooperativas) y contextos (general, histórico, artístico, educativo, económico, psicológico, social)

2.3. Metodología

Selección de manifestaciones creativas para la construcción de un corpus creativo, cuya descripción y valoración de los elementos componentes orientan a la percepción de la creatividad social.

3. Desarrollo

Las teorías de la creatividad pretenden explicar el qué, el quién, el cómo y el por qué dentro de los escenarios espacio temporales del hecho humano de la creatividad. La inmensa mayoría de las teorías, de una forma directa o indirecta, incluyen notas de carácter social. Las teorías motivacionales de McClelland, por ejemplo, contemplan lo social en relación a los conceptos de logro, impulso de ser el mejor que exige la excelencia, la buena elaboración y la responsabilidad; de poder, que necesita influir y controlar a individuos, grupos, colectividades, y también ser reconocidos por su excelencia, posición, cargo y/o riqueza por delante de los demás: de afiliación, imperioso deseo de relación, amistad, liderazgo y referencia. Las teorías hereditarias de Francis Galton (1822-1911), aquí la razón social de la creatividad se manifiesta a través de la herencia que se transmite tanto por el ADN como por la cultura dentro de una familia en un contexto dado. Las teorías ideologistas asocian a la creación los valores intelectuales, estéticos, morales, religiosos, que son manifestación de una ideología, con la que el creador no tiene por qué estar de acuerdo, y entonces surge el conflicto entre las ideas establecidas en una sociedad y la idea de creador, que como consecuencia quiere cambiar el mundo.

Los autores de las Teorías humanistas de Rogers y otros, defienden el concepto de autorrealización, que se alcanza a través de la experiencia propia, de la del grupo y de la humanidad misma, accediendo a la conciencia, superando las barreras inhibidoras para alcanzar la plenitud del ser con una vivencia existencial que actualiza los presentes de todos los tiempos, pasado, presente y futuro, y se apropia de su significado.

Las Teorías Socio Culturales defienden que la creatividad es la aparición o desarrollo de algo nuevo para el mundo y que es apropiado para un campo o área de actividad (Sawyer, 2012, p.209), argumentando que los grupos sociales, cada uno con sus redes, estructuras y conexiones y con su influencia en el trabajo creativo, evaluarán si el producto es creativo.

En todo caso cada individuo forma parte de una cultura con sus las reglas escritas y no escritas, con sus ritos, con su concepción del mundo propio y del concepto de creatividad.

Las teorías de las pragmáticas creativas ponen de manifiesto la expresión de la comunicación como tejido de redes de las interacciones entre los agentes creativos. Las relaciones entre el creador o inventor y el receptor promueve conectar y conversar a través de un medio de comunicación con el discurso, el producto o el servicio creativo. Por muy individual que pueda ser un creador está conectado con la sociedad en cuanto que sus ideas han sido depuradas en los entornos sociales de la familia, ciudad, grupo, movimiento, país y conforman su modo de ver el mundo. Acepte, integre, rechace, se apropie o combata la cultura recibida, el creador se inscribe en la sociedad y conversa con los agentes receptores individuales, grupales, asociativos, locales, nacionales e internacionales que también tienen su propia visión del mundo y que pueden estar de acuerdo o en desacuerdo con el creador. Lo que nos importa es el encuentro que se puede producir en la obra, uno produce, el otro consume, pero el modo en que lo hacen puede dar lugar a roles diferentes a los esperados, en cuanto el receptor puede recibir la obra y entenderla como tal cual le fue ofrecida o por el contrario, convertirse él también en creador, lo que en las tecnologías de la información y la comunicación, en los medios interactivos o en los puramente digitales se ha entendido como el lecto autor. Mientras que viceversa el autor aprende del lector, sus modos de lectura e interpretación y se convierte en auto lector. Toda creación no deja de tener una misión comunicativa. La obra sólo está completa solo si realmente es leída, el producto creativo solo lo es cuando es consumido. En la comunicación publicitaria al consumidor que activa su experiencia creativa de consumo publicitario, prosumidor, o sea al consumidor de un producto o servicio que al mismo tiempo participa en la producción fundamentalmente a través de las redes sociales, ya sea dando información, ideas y sobre todo interpretación y sentido. Se utiliza en publicidad, en comunicación en general, pero también en otros ámbitos como a agricultura, informática, las industrias creativas y muy especialmente en el sector del ocio.

3.1. Definiciones

El carácter social está presente en todas las teorías de la creatividad, y también en sus definiciones. Guilford, Saturnino de la Torre (1995), Manuela Romo (2009), George Steiner (2001) (Francisco García García (1984), entre otros, destacan la dimensión social de la creatividad. Indicamos alguna definición que expresamente indica el factor social de la creatividad:

Desde los orígenes la creatividad tuvo su razón de ser no como respuesta a la solución de problemas o satisfacción de necesidades individuales, sino del tejido social de las primeras comunidades humanas. No hay desarrollo de la persona sino hay interacción social. Probablemente la vida humana no sería ni siquiera posible. Y las ideas creativas, sus productos y sus fines alientan el progreso de la humanidad y ese progreso inspira nuevas formas de satisfacción de necesidades individuales y colectivas. De hecho, se ha podido observar que a mayor densidad de población, sin que exista una saturación excesiva, mayor producción creativa; aunque, obviamente, existen otras variable influyentes o incluso determinantes como la forma en que se estructuran esas sociedades, el contacto con otras civilizaciones, la interacción y modos de asociación de las poblaciones previamente residentes en un territorio y los nuevos allegados, en forma de integración apropiándose su cultura , o de aportación de las nuevas comunidades una vez alcanzado, conquistado, ocupado o incluso arrasado el territorio, ejemplos clásicos son la romanización o la colonización.

Qué grado de inteligencia tenían nuestros ancestros con más de cien mil años de existencia, capaces de crear algún tipo de tecnología, de alta o baja intensidad, para resolver problemas, desde la creación del fuego, la invención de la rueda, la elaboración de artefactos cuya persistencia sin cambios ni en la función, ni en el aspecto, ni en la forma ni el orden, ni en el tiempo ni en el espacio, fue muy grande. La fabricación de esas herramientas estaba relacionada con el instinto innato del homo erectus y más tarde con el homo faber, y suponía algún tipo de inteligencia inicialmente, aunque no necesariamente creativa del hombre. Aunque la exploración y manifestación de instinto que se activa en reacción y acto dirigido a la consecución de un fin y eligiendo la mejor opción se vincularía con una cierta creatividad innata del hombre. la variedad, La diversidad con su persistencia y cambio, con sus diferencias y semejanzas de las tecnologías del silex, o de cualquier otra, se podría asociar a la existencia de una diversidad cultural, respondiendo a la configuración de patrones diferentes de innovación creativa. Desde el principio de la humanidad la tecnología encontró su sentido como solución a diferentes necesidades humanas. La satisfacción de esas necesidades, su consumo de diversas formas, dejaba al descubierto otras nuevas que a modo de cadena colaborativa exigía otras tecnologías más complejas y así sucesivamente. Herramientas que satisfacían la necesidad de una comunidad probablemente poco estructurada, pero con relaciones interhumanas, proclive a la construcción de herramientas, más allá de la pulsión de un individuo, y orientada a la producción y consumo poco a poco alcanzando su sentido y beneficiándose de su uso. Pero esto no se hizo al margen de la comunidad sino para la comunidad cuya participación en la producción favorecía algún tipo de división del trabajo, aunque no necesariamente.

El hombre precisa salir de sí mismo y de su mundo para encontrar el sentido de la vida. Las religiones han tenido fundamentalmente este sentido. Pero no se trata de un individuo solo frente a la divinidad, sino una relación de Dios a un pueblo. El ejemplo más representativo es el Pueblo de Israel y Jehová. Yo seré tu Dios y tú serás mi pueblo. Y el hombre acude a lo divino no para limitarse, sino para trascenderse. Sin embargo, sucesivamente según se arraigan en las poblaciones crean su propia cultura, sus formas de vida y su universo fundamentalmente simbólico. Y ahí surge un nuevo conflicto entre las culturas religiosas, y dentro de una propia cultura. Su confrontación, su asunción, o incluso se apropiación ha originado muchas obras creativas Y ha puesto en conversación, contradicción, oposición o búsqueda fe y razón. En este contexto puede entenderse a Haldane, JBS (1923) que en su Conferencia “Daedalus, or science of the future” en Cambridge en 1923, pronunció “no hay ningún gran invento desde el fuego hasta volar que no se haya recibido como un insulto hacia algún dios”. Pero los dioses, en el caso que se hubieran pronunciado, nunca lo hubieran hecho en contra, la humanidad misma, entra en una incredulidad, cuando no sabe cómo explicar los inventos viéndose superada por ellos, y pone fuera de si lo que es una expresión, en mayor o menor grado, de su capacidad. En realidad, todo invento tuvo que ver con esa innovación del hombre sobre sí mismo, pero sobre todo del hombre con respecto al ser social, factor definitivo de su ser. Sin embargo, hay que tener presente que no solamente el hombre, sino también otros animales, son sociales, por ejemplo, las abejas, entre ellas se ha creado una red social, que tiene que ver con la jerarquía y la división del trabajo, lo que supone mayor productividad con menor esfuerzo y mayor interactividad social.

3.4. Domesticación y creatividad social

Matt Ridley dice que nuestra capacidad de domesticación e incluso de sociabilidad “nacería con la invención del perro, primero de los animales que se domesticó y que se convirtió en “un compañero ecológico de las personas en todo el planeta que cazaba con ellas para lograr un beneficio mutuo antes de que más tarde fuera seleccionado para cumplir una variedad inmensa de finalidades especializadas”. (Ridley, 2021 p.203). Se cree que esa domesticación se produjo en Eurasia, primero existió la división entre los lobos y los perros, algunos lobos salvajes, no solo se ganaron la confianza de los hombres, sino que también los hombres la de los lobos. El paso de lobos a perros, se produjo según se fueron amansando en un largo proceso. Perros y hombres encontraron útil su relación, ambos podían obtener beneficios; unos porque conseguían más fácilmente la comida y con menos peligro, y otros porque necesitaban una voz de alarma que les avisara de peligros, y de que le rastrearan las piezas de caza. Aún sigue esta relación fructífera. El proceso del cambio de salvaje a manso, fue largo y complejo, y evolutivamente se fijó en su ADN la docilidad, consecuencia de la domesticación según Beliáyev.(1979) Según Wrangham la docilidad es un rasgo propio del hombre y de los animales domésticos pero para conseguirla la agresividad reactiva, inmediata y no planificada debe ser sustituida por una agresividad proactiva o planificada. Sin este cambio la vida social no es posible, y no se puede crear nada sino se es capaz de planificar la agresividad reactiva, mientras que alcanza valor social y creativo cuando es planificada. Se trata de una fuente de energía productiva y no destructiva. El hombre es un ser social y una de sus características es la gran tolerancia hacia los demás y la paciencia discerniente entre lo que es necesario y lo que puede esperar nuestra reactividad. Esto solo es aplicable a los humanos y a las especies domesticables. Se explica, así, cómo el hombre pudo vivir en trashumancia o en sentido contrario habitar en poblaciones humanas ya fueran agrícolas o asentamientos de cazadores recolectores. Y ahora mismo, en las ciudades. Este discurso exige que sea leído e interpretado despojando a la docilidad y domesticación del concepto y de las prácticas de la sumisión. La sumisión volvería a la agresividad reactiva y destructiva. La sumisión esencialmente es antisocial.

Antoine de Saint Exupery en el Principito nos muestra un magnífico ejemplo sobre la domesticación en El Principito y el Zorro. Punto por punto muestra los pasos de la domesticación, si no estoy domesticado no puedo jugar contigo, porque no tenemos vínculos comunes, lo que nos distingue y hace únicos y nos hace reconocer al otro y reconocernos, es estar domesticados uno por el otro. Es ser únicos para el otro en el mundo, es encontrar sentido y simbolismo en el mundo en ese reconocerse mutuamente. La paciencia, el trabajo, las relaciones humanas, el hacerlo sucesivamente crea la memoria de las relaciones humanas. Nace la amistad. Y hace ver el mundo de otra forma, hay creatividad en el sentido de ser únicos, de ser reconocidos y dar sentido al universo, a la sociedad y a uno mismo, Solo con el corazón se puede ver bien. Lo esencial es invisible para vista. Otra forma de ver, de ser, de hacer que lo esencial sea invisible materialmente y visible espiritualmente.

—Soy un zorro —dijo el zorro. —Ven a jugar conmigo —le propuso el Principito—, ¡estoy tan triste! —No puedo jugar contigo —dijo el zorro—, no estoy domesticado. (,,,) Domesticar es crear vínculos. ¿Crear vínculos? —Efectivamente, verás —dijo el zorro—. Tú para mí todavía no eres más que un niño igual a otros cien mil niños. Y no te necesito. Tú tampoco me necesitas. No soy para ti más que un zorro entre otros cien mil zorros. Pero si me domésticas, entonces tendremos necesidad el uno del otro. Tú serás para mí único en el mundo, yo seré para ti único en el mundo… (…) Pero si tú me domésticas, mi vida se llenará de luz. Reconoceré el sonido de tus pasos que serán distintos de todos los demás. Los otros pasos harán que me esconda bajo la tierra. Los tuyos, en cambio, me harán salir de mi madriguera como una música ¡Mira! ¿Ves allá los trigales? Yo no como pan. Los trigales no significan nada para mí y eso es triste. Pero tú tienes los cabellos color de oro. Entonces, si me domésticas, será maravilloso, porque el trigo, que es dorado, me hará recordarte. Y amaré el sonido del viento en el trigo…Debes tener mucha paciencia —respondió el zorro—. Al principio te sentarás un poco lejos de mí, así, de esta manera, sobre la hierba. Te miraré de reojo y tú no dirás nada. El lenguaje es fuente de malentendidos. Pero cada día podrás sentarte un poco más cerca —Adiós… —dijo el Principito. —Adiós —dijo el zorro—. He aquí mi secreto. Es muy sencillo: sólo se ve bien con el corazón. Lo esencial es invisible para los ojo —Lo esencial es invisible a los ojos -repitió el Principito, para recordar (Saint Exupery, 1967, 553-558).

Una de las invenciones más importante de los seres humanos es la amistad. Muchos autores desde Aristóteles, Sócrates, San Agustín, George Bernard Shaw, Oscar Wilde, Jane Austen, Albert Camus… y LAIN ENTRALGO, P. (1972) Sobre la amistad.

El ser humano contiene una gran dosis del síndrome de la domesticación y la agresividad proactiva (planificada) y no reactiva, a no ser que se encuentre en situaciones límites. Al observar los beneficios repite las relaciones no reactivas inmediatas, y evita las reactivas. A través del tiempo y de una forma evolutiva de este modo de proceder va dejando su marca física, “que dejan este síndrome de la domesticación con rasgos más femeninos, mandíbulas más pequeñas que dieron lugar a una dentadura más apiñada, menor diferencia entre sexos, más actividad sexual continua” (Matt Ridley, 2021 p.206).

Si tenemos en cuenta la teoría de la evolución, en este caso referida a la domesticación en general y muy particularmente la autodomesticación, y no obviamos del todo las teorías del diseño, la retención no aleatoria de variaciones de diseño daría origen a múltiples formas de creatividad. En todo caso parece que nuestros genes favorecen lo prosocial y la memoria genética los fija. La creatividad explora, así más fácilmente la innovación y los beneficios que proporciona a los sujetos individuales, a los grupos y a la sociedad. Encuentra más soluciones, diferentes y originales y estimula un mayor perfeccionamiento y elaboración, entendido todo coherentemente y con una apertura a la transferencia a otros ámbitos de la experiencia humana. Esa consciencia de la creatividad promueve nuevas formas de uso y una construcción más rica e identitaria dentro de los contextos sociales en que se desarrolla su experiencia vital.

3.5. Capacidad imitativa y creatividad

El hombre posee una cualidad, habilidad e inclinación imitativa que permite la asunción de la actividad de otros encontrando placer en la repetición más fiel. No deja de ser sintomático que el concepto de tradición no consista solo en la repetición imitativa de un evento, hecho o acontecimiento, bajo determinadas reglas y rutinas, es decir bajo la fuerza que conlleva la liturgia y el rito, sino en la asunción también de su significado y sentido hasta convertirlo en un mito que no hay que explicar. La imitación ya se inscriba en lo ritual o en lo operativo, se convierte en una tradición o en una norma social. Lejos de negarle creatividad a la imitación hay que concederle el valor de trasmisión y persistencia de cualidades adquiridas que no se pierden y se actualizan ya que la propia imitación va generando diversas grietas y rupturas para adaptarlo al tiempo y al espacio dando paso a nuevas acciones para completar el sentido, sin traicionarlo.

Este sistema imitativo sucedió en diferentes lugares del mundo, cuando todavía existía un comportamiento social de pequeñísimos grupos en distintos lugares simultáneamente en el mundo como lo han demostrado los hallazgos de Pinnacle Point en Sudáfrica (Homo sapiens), Dmanisis en Georgia (Homo Georgicus), en Ceprano en Italia (Homo Cepranesis), Norkfolk en Inglaterra y gran colina Atapuerca en España (Homo Antecesor). Después de diversos estudios donde han intervenido varias universidades como la Complutense han llegado a la conclusión de que el Homo Antecesor era el ancestro del Homo Neardentalis, Homo Sapiens H, el Heidelbergensis; en definitiva pertenecía a un grupo formado por neardentales, denisovanos y homo sapiens, lo que es significativo es que sus conductas e invenciones cuyo origen está entre un millón y ochocientos mil años tengan tal grado de similitud y de diferencia por muy distanciados que puedan estar. Las diferencias son de pequeña escala y las semejanzas de alto grado. Como en otras muchas ocasiones en diferentes lugares del mundo los hombres iban adquiriendo innovaciones semejantes.

Según se iba produciendo un mayor desarrollo, se iba necesitando una mayor cooperación entre humanos, primeros indicios de una división del trabajo. Así, por ejemplo, se iban experimentando diversas herramientas de piedra especializada, diferentes materiales para su coloración, la utilización del fuego para endurecer las herramientas y una nueva gran innovación como era el paso de lo crudo a lo cocido.

Otro gran cambio citado por todos los investigadores es el paso de lo itinerante, nómada y solitario a organizaciones humanas de pequeños grupos con largas distancias entre unos y otros. El establecimiento sedentario de los grupos sería más amplio con mayor número de individuos. Si antes hemos indicado los indicios de la división del trabajo cuando el hombre se convierte en sedentario, se produce una gran gama de especialización, nace la agricultura y la caza se lleva a cabo desde lugares de residencia fija, mientras que la pesca normalmente se provee de ríos, playas o lagos donde se producen los asentamientos humanos y que le proporcionan la primera necesidad, allí también, y sin tener que desplazarse encontrar pescado. El desarrollo humano es el resultado de la percepción de necesidades, búsqueda de soluciones y las realizaciones consecuentes. Pero no son soluciones para el individuo en sí, aunque este pueda beneficiarse individualizadamente, sino para la comunidad. Y se consigue a través de la acción cooperativa de todos los miembros, siendo la división del trabajo una de las primeras formas colaborativas.

Una de las razones por lo que el homo sapiens prevaleció sobre el homo neandertal, según la Revista Molecular Psycritic (Nature), fue debido a la identificación de 267 genes diferentes entre uno y otro. Según la investigación liderada por la Universidad de Granada, estos genes a su vez mostraban una mayor resistencia al envejecimiento, las lesiones y las enfermedades y en esta mayor capacidad también intervenía la creatividad, así dice Zwir (2022) que “la creatividad ha traído ventajas que radican en cosas que podemos ver todos los días como la resistencia a las enfermedades y la resiliencia. Esa capacidad de afrontar la adversidad.”

El homo sapiens tuvo la capacidad de aprender y el aprendizaje le dio opciones diferentes para adaptarse a los diferentes cambios, ya internos, externos o consecutivos y en tiempo real. Algunas características tienen especial interés para el estudio de la personalidad de las personas creativas como el autocontrol que permite conseguir un objetivo no solo por uno mismo sino en colaboración con otros y la autotrascendencia que consiste en mirar más allá del yo mismo. Probablemente, a su vez, ambas características influyeron en los rasgos específicamente humanos como es asumir riesgos y tener perseverancia. Se considera que fue la genética la que permitió al homo sapiens ser único y diferente. Si bien no se sabe cómo esto pudo influir realmente en la creatividad ya que el genoma humano ha sufrido muchos cambios a lo largo del tiempo. La capacidad de los seres humanos para autodomesticarse, es decir, para controlar la reactividad emocional es el origen del ser social y que necesariamente implica a ser creativo. Seria precisamente la creatividad la que dotaría al homo sapiens frente al neandertal de sus ventajas cognitivas. La creatividad pudo haber adelantado la cooperación entre individuos para promover el éxito de sus descendientes y su comunidad. (https.//www.agenciazinc.es/noticias/los-genes-relacionados-con-la-creatividad-contribuyeron-a-lasupervivencia/).

Es importante destacar que no se trata solo de la genética, sino que la relación con el entorno de donde podemos aprender y adaptarnos puede modificar también la expresión de nuestros genes. Los científicos de la URG concluyen que la creatividad humana prosocialidad y la longevidad saludable surgieron como respuesta a la necesidad de adaptarse a las condiciones que había hace cuatro mil y cien mil años. Zwir dice que “la creatividad es un factor desencadenante para que podamos estar vivos hoy en día, pero también una llamada de atención porque no es una fuente inagotable, hay que reinventarla cada día, en este sentido quisiera llamar la atención de que todo lo que se va lejos de los limites difusos de la personalidad que son los cambios, desencadenan enfermedades, por tanto hay que cuidar la salud mental de las personas”. (Zwir, C. Del Val et al., 2022)

3.6. Genes, cultura y creatividad

Según Edward O. Wilson (2021 el origen de la creatividad humana, fue, entre otros, el crecimiento exponencial del tamaño del cerebro que, durante el período habilino de la prehistoria (dos millones de años) se transformó rápidamente, así como el resto del organismo, e impulsó la evolución (gencultura) en el que la innovación cultural aumentó la tasa a lo que los genes favorecen la inteligencia y cooperatividad. El cambio genético resultante aumentó la probabilidad de innovación cultural, contribuyeron a ello muchos factores como la alimentación, el cambio de remodelación hereditaria en la anatomía y el propio comportamiento. La cooperación y la interdependencia entre sujetos de la especie sapiens convirtió a pequeños grupos de homo sapiens en cazadores y recolectores. Fue en este momento según Edward O. Wilson en el que debió aparecer el fuego. Al cazar grandes presas necesariamente habían de compartirlas como los lobos, perros salvajes, leones… y cocinarla para que no se estropeara y pudiera ser alimento durante varios días. Esto exigía en esta evolución prehumana un cierto grado de cooperación e incluso división del trabajo, que promovía una selección natural debido a la competencia, pero no solo entre los individuos del grupo, sino dentro del grupo entre sí y con otros grupos. Estas experiencias favorecían el altruismo y la cooperación entre todos se establecía así una relación entre la genética y la cultura, las dos evolucionaban, una al lado de la otra, relación de coevolución gen-cultura. Según iba creciendo el cráneo también aumentaba su coevolución.

La percepción de duración de la vida, la intuición de la pervivencia después de la muerte, la diferencia de duración de unas vidas con otras, la experiencia de las muertes instantáneas producidas por causas naturales o por enfrentamiento con los animales o con otros humanos evidencia de duración abre una pregunta radical sobre el ciclo de la vida humana propia y la de los seres humanos en general, la longevidad, las causas y el después. La longevidad aumenta sucesivamente y con ella la edad de reproducción, la capacidad de desempeñar distintas funciones y papeles a lo largo de la vida en ciclos de miles de años. La transmisión repetitiva de las capacidades y comportamientos, como la cooperación y la reactividad controlada, es hereditaria y evolutiva según marca el pensamiento darwiniano de la selección de las especies y de la división del trabajo. Aparecen este contexto dos factores claves, el lenguaje y la tecnología. Según Edward. O. Wilson (2021) la tecnología se convirtió en una fuerza poderosa en el origen del primitivo lenguaje oral, en el contexto de un comportamiento social más amplio y mayores empatía y cooperación.

Los centros emocionales del cerebro, ya sea desde la conciencia o subconciencia, evocan recuerdos y esos recuerdos permiten construir situaciones hipotéticas futuras ya en la mente consciente, lo que exige un pensamiento lógico y sobre todo creativo que es capaz de crear un modelo hipotético referencial de la realidad. Si hay hipótesis hay pensamiento creativo, hay invención de una realidad cuya existencia se contrastará

La percepción humana de la realidad juega y promueve sobre ella experiencias obtenidas como especie hacen miles de años heredadas y modificadas sucesiva y lentamente o truncadas por efecto de experiencias agresivas y traumáticas. Dos posturas aparecen como opción ya sea alcanzar el mayor grado de simplicidad o de complejidad para su comprensión La coevolución gen cultura, persiste en el tiempo hasta que la cultura alcanza una independencia en busca de encontrar explicaciones de la “rareza” que consiste en morir, de los poderes de la naturaleza, del poder del fuego, y del misterio de todo lo inexplicable. Una forma de expresión de sus necesidades y también de sus pensamientos sobre la muerte, sobre la angustia de la muerte, son los ritos funerarios que generan la cultura del rito tanto de la muerte como de la vida. En este sentido la creencia en los dioses y en una vida ulterior son una forma de trascenderse y de también dominar la naturaleza. En todo caso no dejan de ser estrategias simbólicas que regulan la relación entre las personas y la cultura como bien dice Delsy Torres.

3.7. Creatividad y creencias

Cada cultura encuentra un modo propio de expresión de las creencias y las formas en que se activan son los ritos. En Egipto la creencia de que después de morir se podía renacer llegó a utilizar distintos ritos funerarios que expresan una variedad de formas en los que la creatividad se alimentaba de la creencia del deseo y la persistencia de la vida como la momificación, las mastabas (Tumbas reales con cámara sepulcral subterráneas), las pirámides que defendían la teoría de que el Faraón se podría convertir en Dios y el juicio de Osiris que en parte recuerda a la religión cristiana que contempla muerte, resurrección y vida en el más allá. En el Tíbet el bardo thodol o libro de los muertos, nos habla del modo de morir, el bardo significa el estado intermedio entre la muerte y la reencarnación. En China el entierro recoge no solamente el cuerpo de los seres humanos sino también sus objetos de uso, la castración consideraba que los órganos sexuales significaban la continuidad de la vida y que había que cortarlos para la nueva existencia posterior, En la India se sumergía el cadáver en las aguas del Ganges y después de siete días se incineraban, considerando que la muerte es el mayor acontecimiento de la vida. En Grecia se produce un dramatismo violento, intenso, rasgaduras de vestidos, juegos fúnebres y sacrificios humanos. En las religiones monoteístas ya sea por enterramiento o incineración se cree que habrá una resurrección posterior, en el cristianismo la resurrección de los muertos donde se accederá a la vida eterna, si las obras han sido buenas, se ira al cielo, de lo contrario al infierno: en el Islam los hombres que den su vida por Alá y la fe islámica tendrán la recompensa del cielo con huríes (Vírgenes) para su disfrute ganado en la lucha contra los infieles.

Son muestras del testimonio de la pugna existente entre la vida y la muerte de la dicotomía constante entre una y otra, en realidad el acto de morir es un proceso más de la vida, no es de extrañar que desde la antigüedad hasta nuestros días los ritos funerarios sean también una expresión creativa del devenir de la experiencia vital de los seres humanos. En la prehistoria cuya expresión máxima son los menhires que ya por su organización y su forma indican una expresión social como también los egipcios, los griegos o las ultimas religiones monoteístas, se vinculan a las creencias de la fe y aquí podemos convenir con la idea unamuniana de que creer es crear. Máximo exponente de que la creencia alcanza realidad simbólica en las diferentes culturas humanas. Y que a buen seguro la cultura de la vida y de la muerte ha influido en la coevolución ADN (gen-cultura). En realidad son prácticas sociales simbólicas que no se refieren solo al devenir de cada ser humano en particular sino que es un acontecimiento que se celebra en comunidad.

El rito revive la cohesión del grupo y por tanto también la construcción de su identidad”, colectividad creativa entre la creencia las actividades rituales y la experiencia de la vida y la muerte. (Álvares Muro, 2005, 226).

El éxtasis creativo nos permite virar nuestro sentido y nuestro destino, e igualmente entenderlo. Crear es transcender, dar sentido a la existencia. Lo creado o innovado por el hombre de una forma individual o colectivo deja una huella de su sentido, Y de todas las huellas sucesivas, en el surco de la memoria en el tiempo, con sus interrelaciones y pervivencias en herencias biológicas y culturales se construye una malla donde reside el valor de nuestra especie.

4. Conclusiones

La creatividad social hace al hombre, Es decir que el hombre es un animal social tanto en su devenir vital cuanto en el momento de abandonar este mundo. Es reconocido como un miembro por el grupo incluso después de la muerte y el grupo alcanza mayor valor en cuanto que reconoce su historia social y acude a los ritos de sus antepasados, algunos llegan a ser los “manes” de la casa. Una sociedad integrada por los que ahora están y por los que han sido que mira hacia la profundidad del devenir o sea de los que se van y entre unos y otros, un hilo de memoria los une, un hilo que trasmite las tradiciones y que acoge nuevas innovaciones y creatividades que a su vez son asumidas por el grupo y la memoria y crea un hilo constante de recuerdos, constructores de identidades que alumbran distintas visiones del mundo, pluralidades y diversidades.

En ese hacerse hombre por su creatividad, los genes y la cultura, la domesticación, la imitación, el control de uno mismo, el diseño y uso de las herramientas, el descubrimiento del fuego y de la rueda, la agricultura, la invención del lenguaje y el arte, los ritos y las creencias, las tecnologías y sus usos, las formas nobles de relacionarse, la amistad y el amor, las reglas de convivencia y las creencias han sido una creación social. Si han podido ser es porque el hombre es un ser colectivo. Si han podido ser es porque el progreso humano es un proceso biológico y social, en combinaciones materiales y espirituales. Es el resultado de una invención constante.

Bibliografía

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Recibido: 19 de septiembre de 2022

Aceptado: 29 de septiembre de 2022

Para citar este artículo: García García, F. (2022). La creatividad y el carácter social del ser humano. Revista Creatividad y Sociedad, (37), 86-97.

Recuperado de: http://creatividadysociedad.com/wp-content/uploads/2022/12/cys-37-7.pdf